viernes, 25 de abril de 2014

¿¿Propiedad Intelectual??

Cualquiera que se detenga a reflexionar brevemente sobre qué es la propiedad intelectual se dará cuenta en seguida que es una expresión errónea y engañosa en si misma.
El concepto de propiedad no hace referencia al objeto en sí, sino al derecho de utilización de dicho objeto. La propiedad es un derecho que otorga la ley al sujeto, no una característica del objeto.
Cuando alguien compra un coche, no modifica ninguna característica del mismo, ni lleva a cabo acción alguna sobre él: compra el derecho de utilizarlo cuando quiera, y el derecho de prohibir a otros sujetos utilizarlo. El coche es el mismo antes y después de haberlo comprado, lo que no son los mismos son los derechos de los sujetos a la utilización de dicho coche.
No sólo se pueden comprar derechos de utilización de objetos, también se pueden comprar, por ejemplo, el derecho a entrar en un museo, el derecho a escuchar un concierto, derecho a cantar en un Karaoke, derecho a votar en una junta de accionistas... Pero la propiedad intelectual va más allá. No se trata de los derechos de propiedad sobre el objeto que soporta la obra de arte (lienzo, CD, libro...), ni del derecho a entrar en un concierto o el derecho a contemplar un cuadro. La propiedad intelectual pretende que un sujeto pueda tener propiedad sobre la idea en sí, sobre la idea que ha creado.

Lo que tiene valor en la obra artística no es el lienzo sobre el que se haya extendido la pintura ni tampoco la pintura en sí, el pigmento utilizado; lo que tiene valor en el libro no es el papel ni la tinta... lo que tiene valor de un bien intelectual no es el objeto si no otra cosa, podemos llamarle la idea, el concepto, la creación... ¿Y cómo puede controlarse el uso de una idea? ¿cómo puede controlarse el disfrute de una música? Yo puedo ir a un concierto y pagar por el derecho a ver y oír. Me pueden limitar el derecho a grabar el evento, pero ¿me pueden limitar el derecho recordar, al día siguiente, las canciones que me gustaron? Con las ideas pasa eso, se puede controlar el acceso a las mismas, pero una vez que alguien escucha, lee, o ve la obra creada, ya no se puede limitar el uso que haga de ella. De hecho, el uso es ilimitado y muchas veces imperceptible aún para el mismo sujeto, es decir, inconsciente. Una vez que se ha accedido a un bien intelectual, el uso que se hace de él no se puede controlar ni limitar ni legislar.

Me parece que esto es otro problema, el de si sepuede limitar el acceso a una obra a la vez que se pretende hacerlo posible para todo el mundo previo pago, es decir, el problema de cómo puede la industria del arte controlar que millones de personas paguen por tener acceso a una idea. Esto es muy complicado porque las ideas son facilísimas de copiar y redistribuir. La industria está intentando hacernos confundir el arte con los medios y soportes por él utilizados. Nos parecería absurdo que un admirador de Velazquez se pusiera a elogiar la calidad de los lienzos, telas y pigmentos que utilizaba el pintor, pero no nos parece absurdo oír como los espectadores hablan maravillas de los efectos especiales de una película como si dichos efectos fuesen la película en sí. Si yo veo la película Matrix, es muy fácil copiar la idea de un mundo virtual en el que todos vivimos engañados, pero es muy difícil copiar los efectos especiales. Esto es otro problema más amplio. Se trataría de analizar cómo puede la ley controlar el acceso a las ideas, a los bienes intelectuales, en una sociedad donde se ha facilitado tanto la comunicación entre los sujetos. Sería muy interesante estudiar las distintas tentativas que se están llevando a cabo.

Ahora quería pensar qué es la propiedad intelectual para el creador, es decir, qué significa decir: esta idea es mía, esta canción es mía... y creo que es erróneo porque toda idea está basada en otras, toda canción está basada en otras... Pero me parece que es más que un simple error infantil. Hay una instrumentalización intencionada del egoísmo que el creador, como todo ser humano, puede sentir respecto de los beneficios que su trabajo reporte a otras personas. Cuando un creador, un intelectual del tipo que sea, acepta que es propietario de sus creaciones, es decir, acepta que quien las quiera utilizar tiene que pagarle el tributo correspondiente, pasa de ser creador a ser propietario, controlador, censor...
Cuando nos hablan de la propiedad intelectual como un mecanismo de protección para el creador, inventor, compositor... lo que se está haciendo es tratar de dotar al creador de los mismos derechos que tiene el capitalista respecto de su empresa. El capitalista es propietario de los medios de producción, el creador es propietario de su idea. Pero este mecanismo falla por todos lados. Nos quedamos sin creadores porque los convertimos en empresarios. Empresarios destinados al fracaso, empresarios que tienen que engañar a sus clientes y a si mismos para poder vender una mercancía que en realidad todos saben que no puede tener un propietario.
Ningún trabajador cobra por las ideas que tiene en su trabajo, pero sí por el tiempo y los productos de su trabajo. El reto al que se enfrentan los artistas actualmente es el de poder renunciar a ser empresarios y aceptar que son trabajadores. Un creador puede cobrar por su trabajo sin dejar de ser creador. Puede cobrar por el acceso a su obra pero no por el uso que se haga de ella, es decir, no puede ser propietario de su obra sin entrar en el engaño. Entonces se convertirá en un vendedor de efectos especiales, vendedor de lienzos, de papeles...


Kepa Ríos Alday