martes, 25 de marzo de 2025

¿Para qué aprender?




Aprender para qué: La respuesta que siempre se nos ha dado, la que seguimos dando a nuestros jóvenes resulta cada vez menos creíble: Para conseguir un trabajo bien remunerado, para ser alguien en la vida...
Son frases que siempre se han dicho pero que ya no podemos seguir emitiendo con la misma seguridad. 
Futbolistas, youtubers, cantantes, políticos, presentadores de televisión... Si hiciéramos un estudio serio veríamos que entre las personas de éxito que muestran los medios de comunicación no debe haber más de un 5 ó 10% de titulados universitarios. Cuando en los medios traen a un experto o científico en algún tema siempre es un baboso, un lunático, un mendigo: Quiero decir que es alguien básicamente que va a la televisión sin cobrar. Un ser digno de lástima, un menesteroso a quien los medios de comunicación conceden el don de darle audiencia (como antaño los reyes soberanos) para que suelte sus lastimosas tonterías.
Esto que acabo de exponer no hace falta exponerlo: ya lo sabe todo el mundo y los que mejor lo saben son los jóvenes. Ellos también pueden percibir claramente el mármol impoluto con que nos reciben los bancos frente a las sucias pareces pintarrajeadas de los colegios.
Ya nadie se cree que aprender sirva para algo práctico. Y los que menos se lo creen son los jóvenes... no, ya no es un discurso creíble. Es necesario componer uno nuevo o consagrarse abiertamente a las bondades de la ignorancia.
Yo aprendo para ser humano, para maravillarme de lo que es el hombre, de la cantidad de cosas de la naturaleza que ha conseguido estudiar y dar cuenta de ellas científicamente.
Y también aprendo porque creo que en ese tipo de libertad. La libertad que se obtiene aceptando algunas cadenas, me parece que es una libertad más verdadera que la libertad del mero dinero o del mero poder sobre otros. Pero la verdad que mi argumentación es muy difícil puesto que no hablo de éxito social o económico si no de un éxito personal, íntimo. Entonces parece que más que éxito hablo de orgullo o engreimiento personal. No creo que hable de eso, lo que pasa es que hay varios tipos de éxito además de aquel del que hablan los medios de comunicación que en todos los casos tiene que más ver con la envidia que con la salud, la bendición divina o el beneplácito gubernamental o del país o comunidad a la que pertenecemos. Tiene que ver con la envidia porque el gobierno lo conformas empresas que no quieren súbditos si no consumidores. Hemos pasado de ser súbditos de un rey a ser consumidores de la sociedad capitalista, por eso se ha dado una transmutación tan brusca en nuestra escala de valores, entre lo que consideramos importante en la vida.
No está claro lo que hace falta para llegar al éxito en nuestra sociedad, no está nada claro, lo que si que está claro es que no es trabajando ni estudiando. Aún así yo creo que es mejor trabajar y estudiar. No sé por qué lo recomiendo pero lo recomiendo. Me parece que en última instancia tiene que ver con la salud mental, con la estabilidad emocional... no lo sé porque pero recuerdo que desde muy niño los adultos que despertaban mi simpatía, los que mejor me caían de todos, eran siempre gente que trabajaba; gente que había decidido dar su fuerza de trabajo (física o intelectual) a los demás, a la comunidad humana, en vez de quedársela para ellos.
Bueno, he mentido, sí que sé porqué lo recomiendo, porque a mí me lo han recomendado mis amigos: Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel Óscar Menassa, Saadí de Shiraz -de este último recuerdo un verso que dice: "Ve a trabajar y no digas ¿Qué es eso de trabajar? Que el trabajo es fuente de riqueza eterna". Y de Sor Juana Inés de la Cruz me acuerdo un verso que dice: "prefiero poner riquezas en mi entendimiento que poner mi entendimiento en las riquezas".- Si, a mí los que siempre me han causado más simpatía, mis grandes amigos siempre han sido los poetas, los sabios; a los hombres del día a día los quiero y necesito, pero a quienes sigo y escucho es a los sabios, maestros y poetas; y ellos siempre recomiendan aprender, embellecer el espíritu, crecer, hacerse cada vez más humano en vez de los que nos dicen las autoridades burguesas que nos recomiendan ser cada vez más animales, más consumidores.


Kepa Ríos Alday

sábado, 22 de marzo de 2025

¿Software Libre o Software Propietario? No hay otra opción más que el comunismo o el capitalismo??


Por su puesto que hay otras opciones que el comunismo o el capitalismo puros. De hecho todas las opciones que existen en el mundo son así: impuras. El capitalismo y el comunismo son ideas teóricas y gracias a Spinoza hemos aprendido a distinguir entre una idea teórica y el objeto de la realidad: La Alhambra de Granada por ejemplo, solo hay una y está en Granada, pero cada uno tenemos una idea distinta de ella, sobretodo aquellos que nunca la hubieran visitado: Uno creerá que es un ominoso palacio como los de las películas de Aladino, otro se lo imaginará como unas piedras semienterradas en la arena... Hay un objeto real pero millones de ideas acerca del mismo. Esto mismo pasa con Dios (como ya postuló Spinoza en el siglo XVII) o con el comunismo o el capitalismo. Bueno, en el caso del comunismo y del capitalismo son ideas que no tienen objeto real, lo que existe en la realidad no son sino aproximaciones a estos conceptos teóricos. La realidad es menos "ideal" que las ideas. En cualquier país capitalista hay instituciones que son comunitarias y también hay leyes que limitan la libertad de los individuos no por salvaguardar la libertad de ningún otro individuo sino para salvaguardar al estado, tal como ocurre en el comunismo. Del mismo modo en cualquier país comunista siempre hay alguna libertad individual, siempre hay alguna protección del individualismo. Por ejemplo en China no puedes montar una gran empresa que llegue a hacer sombra al estado todopoderoso pero sí que puedes vender comida en la calle; aquí en España sí que tienes permiso para montar una gran empresa pero no puedes vender comida en la calle. La realidad es compleja de analizar, las ideas en comparación son infinitamente más simples.

Con esta especie de introducción quiero decir que el software privado no es tan privado como pareciera; que los programadores de las empresas tienen algo su carácter, su personalidad, llámese alma, corazoncito... son algo humanos a pesar de haberse sometido a trabajar para una empresa a cambio un sueldo y haber vendido su fuerza de trabajo, esa fuerza de trabajo no es pura. Igual que un obrero de la metalurgia deja restos de sus fluidos corporales en las piezas que produce, los programadores también dejan algo de su mente en los productos que producen para la empresa. Del mismo modo el software libre tampoco es tan libre, los programadores siempre tienen sus sujeciones, sus servidumbres. El ser humano nunca es libre. Tiene que comer, que abrigarse... a alguien debe su comida y su abrigo, la libertad no existe para los seres humanos.
 
Pero poniendo los pies en la tierra cuáles son las ventajas y desventajas del software libre y del software propietario. Pues desde mi humilde y parcial punto de vista el software propietario es más cómodo de usar en un principio pero hay que tener en cuenta que son empresas y las empresas son máquinas que sirven para generar capital, no para hacer el bien. Las empresas son empresas, no son ángeles del cielo. Se puede usar software propietario pero hay que saber que es como dar un plátano a una manada de monos: tienes que tener más plátanos, o tienes que tener un plan de escape o defensa. Te van a perseguir para intentar venderte cada vez más software, para hacerte pagar cada vez más. Por otro lado, respecto al software libre, el problema que tiene es que a veces falla, no ha tenido rigurosos controles de calidad si no que está desarrollado por programadores a veces muy aislados que no tienen un equipo que pueda testear adecuadamente sus programas. Y no sólo es que falle si no que a veces te encuentras opciones sin programar, documentación caótica... porque creo que los desarrolladores de software libre desarrollan su código en un entorno de excesiva libertad. Ya sé que una empresa oprime, que impone obligaciones y normas muy tediosas para los programadores, pero en la empresa hay un objetivo bien claro, clarísimo, que es generar capital para la empresa, mientras que los programadores de software libre no se sabe qué pretenden, para qué iban a querer sacrificar tantísimas horas de su vida sin cobrar nada. A mí se me ocurren varios motivos: ambiciones de notoriedad, fantasías de ir a conseguir reputación, poder... fantasías de ir a ser contratados por una gran empresa con para un gran puesto, fantasías de ir a hacer un mundo mejor... En todo caso creo que los motivos que mueven a un programador de software libre son menos poderosos o coercitivos que los que mueven a los programadores asalariados en una empresa, y por esto creo que, en consecuencia, el código que generan también es más endeble y propenso a enfermedades que el software propietario.
 
Lo que diría es que depende de qué software necesites y de en qué situación económica te encuentres, así como de tu predisposición para aprender a manejar nuevas tecnologías, te puede interesar más comprar software propietario o decantarte por el software libre.
Para mí ha sido un punto de inflexión la posibilidad de consultar a la IA (deepseek, gemini, chatgpt...) ya que me facilita enormemente el poder manejarme con el software libre. Una tarea que antes me llevaría horas buscar en foros ahora lo consigo en segundos. Entonces eses el motivo principal por el que yo ahora me estoy decantando por el software libre; sin embargo insisto en que no creo conveniente posicionarse en extremos: hay que poder usar los dos. El software libre tiene las taras de que lo han programado sujetos delirantes que se creen unos genios que pueden hacer todo por si mismos sin contar con un equipo; el software propietario está escrito por empresas que creen que pueden comprar totalmente a sus trabajadores, que les pertenecen totalmente, pero esto no es así. Siempre hay algo que se escapa a la perfección, es la maravilla que hay en todo humano, lo imperfecto, lo mortal.


Kepa Ríos Alday


viernes, 21 de marzo de 2025

Yo Escribo


Escribo porque sé que es necesario escribir para existir. Después es cierto que viene bien generar contenidos auténticos, genuinos, humanos, que no los podría generar ninguna máquina, pero eso es un beneficio secundario. Se puede vivir sin estar bien posicionado en Google, se puede vivir sin aparecer en Internet; pero no se puede vivir sin escribir, al menos yo no puedo.
Recuerdo cuando joven que casi estaba a punto de morir y lo único que me salvó fue leer a Menassa, ese escritor fanático de la escritura, que pone a escribir a todos sus lectores. De él aprendí que algunas personas sólo existimos si escribimos.
Luego más tarde he aprendido que también es conveniente escribir cosas que puedan interesar a otros pero esto (al igual que el posicionamiento en Internet, la visibilidad) no es lo más importante. El que otros me lean o me digan que les sirve lo que yo escribo me puede animar en un momento dado, pero no puede ser el motivo de escribir.
Llevaba años sin escribir en  este blog, me gustaría saber porqué.
Es cierto que tengo que tener en cuenta que lo que escriba aquí va a estar visible desde la web de la academia... pero ¿Qué puede tener que decir el director de una academia, de un centro de formación privado? Se supone que estoy aquí para trabajar, que lo que escriba tiene que servir para que lleguen más estudiantes a la academia... esa es una duda que tengo desde que empecé a trabajar como profesor en otras academias: Si el objetivo de cualquier trabajador es generar más clientes, más trabajo, más dinero, entonces si en la academia haces bien tu trabajo y los estudiantes aprueban y se van, vas a perder trabajo ¿verdad? Entonces ¿has hecho bien tu trabajo o no?
Si ayudas bien a los estudiantes te van a dejar de necesitar, van a ser autosuficientes y se van a apañar por su cuenta. Entonces ¿es mejor ayudarles mal? Esto no sería ético obviamente.
Creo que este aparente dilema también existe en otras profesiones como los médicos y los abogados: Si ayudan bien al cliente el cliente se irá y si le ayudan muy bien se irá para siempre, dejará de necesitarlos.
Creo que el error del razonamiento está en la asunción inicial que he hecho de que "el objetivo de cualquier trabajador es generar más clientes, más trabajo, más dinero" esta es una forma errónea de pensar. Un trabajador no tiene objetivos. El objetivo de los seres vivos es morir lo más tarde posible y trabajamos para vivir, porque trabajar es necesario para vivir.
Escribir o dar clase no son para ganar dinero ni para posicionarse en Internet. El para qué de las cosas se reduce a que no queremos realmente saber el para qué de las cosas. Cuando decimos que algo sirve para esto o aquello también podríamos preguntar para qué sirve "esto o aquello" y siempre llegamos a que las cosas sirven para vivir. Pero podríamos preguntarnos para qué sirve vivir.
Bueno, una respuesta encomiable que muchos grandes maestros recomiendan, es vivir para servir a otros humanos, para servir a la comunidad humana, a la patria, a la comunidad científica, a la comunidad vecinal donde vivimos, por ejemplo. Pero ¿para qué sirve la humanidad? ¿la humanidad le sirve para algo al resto del universo?
Entonces ya llego a un punto donde la razón no es suficiente para explicarlo todo. Vivir no es razonable, amar no es razonable, sin embargo vivimos; sin embargo amamos. Para qué sirve la humanidad, para qué sirvo yo no lo sé. Mis padres me trajeron al mundo y nunca me dijeron porqué. No era porque hicieran falta soldados para un a guerra, ni trabajadores para una fábrica... lo que pasa es que el amor es un sentimiento de la especie y por eso no se puede explicar el amor, porque los humamos sólo podemos explicar las cosas que dependen de nosotros, pero no podemos explicar las cosas de las que nosotros dependemos. Y entender ese limite creo que es muy sano porque se deja uno de hacer preguntas estériles y de dilapidar su energía vital con fantasías estériles. Es mejor centrarse en las cosas que se pueden hacer, en las cosas posibles... bueno, es mejor para la salud. Ya la salud no sé si es buena, pero yo, mísero ser humano, la prefiero a la enfermedad.

Como despedida diré que sí que creo que estas cosas que escribo sean útiles e interesantes para los lectores. Aunque no lo fueran igual seguiría escribiendo pero así ya tengo dos motivos: por salud y por generosidad. El posicionamiento, el éxito y el dinero puede que vengan o no, pero la muerte sí que vendrá seguro algún día, por eso tengo que escribir para existir.


Kepa Ríos Alday