¿Qué está pasando en Ucrania? ¿qué tienen que ver en ese conflicto Europa y Rusia? ¿Porqué tanto lío en nuestros medios de comunicación?
El pasado mes de noviembre el Gobierno de Ucrania anunció que finalmente no firmaría el acuerdo de asociación con la Unión Europea, el para muchos países ansiado primer paso para entrar a formar parte de la Unión
¿Para qué quería Europa aceptar a Ucrania en la Unión?
Europa depende del gas ruso
Europa
lo sabe y trata de escapar de su dependencia energética, sobre todo con respecto al petróleo
y el carbón, apostando por energías renovables. En 2007 el Consejo Europeo puso
como objetivo que para 2020 el 20% de la energía consumida en la Unión Europea
debe ser renovable. Sin embargo, mientras
baja el consumo de petróleo y de carbón, sigue creciendo la dependencia con
respecto al gas.
Según datos del anuario
de 2013 de Enerdata, Europa fue en 2012 la región que más gas importó en el
mundo con 238,81 billones de metros cúbicos (BCM). Alemania fue el país de la
UE que más importó con 69,3 bcm, seguido de Italia (67,6 bcm), Francia (41,5
bcm) y el Reino Unido (37,1 bcm). España importó 32,3 bcm en 2012.
Origen de las importaciones europeas de materias energéticas. Fuente Eurostat. |
Así ha sido en el
pasado, así es en el presente y así seguirá siendo en el futuro. Las predicciones dicen que Europa seguirá
dependiendo de la energía de otros, sobre todo del gas ruso. El estudio de
BP “World Energy Outlook 2030” echa una mirada al consumo energético dentro de
16 años y advierte que Europa seguirá dependiendo del gas externo para calentar
sus hogares y mantener su industria.
Según el estudio, los
esfuerzos de la UE por las energías renovables tendrán como consecuencia una
bajada de la demanda del petróleo (- 15%) y del carbón (- 33%) en 2030. Sin
embargo, subirá la demanda de gas
natural en un 26%. No será sólo para consumo doméstico. La disminución del
consumo de petróleo y de carbón, así como de la energía nuclear (tras el apagón
nuclear previsto en Alemania a partir de 2022), aumentarán la importancia del
gas en la creación de energía, pasando del 18% del total en 2011 al 21% en
2030.
A medida que el consumo
de petróleo y el carbón bajan, sube la
importancia del gas para Europa a pesar de los esfuerzos de compensar la
dependencia energética exterior con energías renovables. Así, Europa
aumentará sus importaciones de gas en un 74% y su dependencia exterior crecerá
del actual 46% al 49% en 2030, según BP.
Por lo tanto, Europa
bajará su consumo de petróleo y con ello su dependencia energética con respecto
a las zonas productoras de crudo, sobre todo Oriente Medio. Sin embargo, al aumentar la dependencia del gas,
aumentará también su dependencia con respecto a los productores de esta materia
prima. Y en esto Rusia seguirá siendo líder mundial, ya que el informe de
BP prevé que este país siga siendo el mayor exportador neto de energía del
mundo, incrementando la venta en un 22% en 2030.
Las rutas del gas
Rusia es uno de los
mayores productores de gas del mundo, pero ni mucho menos el único. Entonces,
¿por qué insiste la UE en comprar la mayoría del gas a Moscú? Una de las causas
fundamentales de esta dependencia es que el
gas ruso es el más sencillo (y barato) de transportar a Europa occidental
debido a las rutas de los gaseoductos.
Sin embargo, aunque
pasa por Rusia, no todo el gas que llega del este es ruso. Importantes
yacimientos se encuentran en las antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso,
sobre todo en Azerbayán y Turkmenistán. Aunque es independiente desde 1991, la exportación tanto de su gas como de su
petróleo sigue dependiendo de los antiguos oleoductos y gaseoductos de época
soviética. Estos pasan por Rusia y le dan a Moscú la influencia suficiente
como para controlar su exportación.
Para tratar de sortear
este control, la UE puso en marcha en 2002 el proyecto Nabucco que consistía en la construcción de una ruta
alternativa que no pasara por Rusia. Sin embargo, en junio de 2013 este proyecto fracasó debido a su elevado coste suponiendo un duro golpe para la
geoestrategia europea. El sustituto de
Nabucco se llama TAP (Trans-Adriatic Pipeline). Está previsto que
desemboque en Italia, pasando por Grecia y Turquía. Pero el comienzo de las
obras no se espera que sea hasta 2015, y no se cuenta con que sea operativo
hasta 2019. Sin embargo aún queda pendiente tomar la decisión crucial sobre su
financiación. Es decir, este proyecto aún es un plan y puede fracasar de la misma
manera que lo hizo Nabucco.
Las rutas del gas desde el Cáucaso a Europa. |
Pero Rusia no se ha quedado
quieta. A Nabucco antes y a TAP ahora le ha salido un competidor en la zona. Se
llama South Stream y es la ruta
alternativa de un gaseoducto hacia la UE desde Rusia sin pasar por Ucrania,
ya que lo haría debajo del Mar Negro hasta llegar a Rumanía. Con ello se busca
hacer no rentable los otros proyectos y mantener
el control ruso sobre los gaseoductos que parten del Cáucaso.
Pero la ruta que ya es
una realidad, al margen de los demás proyectos, se llama Nord Stream y es el nuevo gaseoducto con el que Rusia está
suministrando a Europa, y en concreto a Alemania. Inaugurado en 2011 y
ampliado sucesivamente en 2012 y 2013, este gaseoducto lleva el gas de los
yacimientos del norte de Rusia directamente a Alemania llevándolo por el fondo
del Mar Báltico sin intermediarios.
Mientras se proyectan
rutas alternativas y se construyen otras nuevas, la principal ruta de suministro del gas ruso a la UE pasa por Ucrania.
Extraido de un artículo de Michael Neudecker (http://mneudecker.blogspot.com.es/).