EDUCACIÓN Y FUTURO: ¿EMPLEOS EN
PELIGRO POR LA ROBOTIZACIÓN?
Al principio las máquinas estaban muy
lejos del cliente final en la cadena de producción industrial,
aunque la prenda de ropa o el vehículo fuesen confeccionados con la
ayuda de sofisticada maquinaria, quien nos lo vendía era un humano,
pero el perfeccionamiento de la máquina técnica está llegando a
tal grado que ya han llegado hasta los puntos de venta. Primero
fueron las gasolineras, ahora vemos que hay supermercados que
funcionan con cajeras electrónicas. Esto hace que inevitablemente
surjan preocupaciones sobre en qué empleos o habilidades debemos
formarnos si en el futuro no queremos ser sustituidos por un robot.
La respuesta es tan difícil como fácil
la pregunta. Normalmente esta regla se cumple: cuanto menos trabaja
el que pregunta más tiene que trabajar el que responde. En primer
lugar habría que señalar que las máquinas ya llevan más de un
siglo “quitando” puestos de trabajo a los humanos. Pero esto es
sólo una apariencia puesto que la máquina, a diferencia del obrero,
no genera plusvalía para el empresario. Al igual que los animales,
los esclavos (en los países y épocas donde existía la esclavitud),
o las herramientas de trabajo, la máquina técnica no pasa de ser un
mero medio de producción. En el sentido estricto de la palabra, la
máquina no trabaja. Quien trabaja es el humano que la acciona o la
vigila. Si los supermercados con cajera electrónica demuestran que
pueden abaratar la mercancía todos los supermercados tendrán que
tener cajeras electrónicas y las cajeras humanas desaparecerán como
oficio, pero las trabajadoras tendrán que realizar otras funciones
en la empresa si el empresario no quiere perder el valor que éstas
generaban. Y si no irán al paro y otro capitalista las contratará,
seguramente por un salario menor al que tenían. Pero esto ya pasaba
desde las primeras fases de la revolución industrial allá por el
siglo XIX y desde entonces el número de trabajadores asalariados en
el mundo no ha hecho más que aumentar conforme se extendía el
sistema de producción capitalista. Las máquinas hacen desaparecer
oficios, no hacen perder empleos. Lo que hace perder empleos en un
país es la deslocalización de la industria.
Sí que se puede hablar, sin embargo,
al considerar el conjunto de los productores y consumidores de
mercancías, de un descenso en el valor de casi todas las mercancías
debido al perfeccionamiento de la máquina herramienta. Este descenso
puede verificarse sobretodo en el encarecimiento relativo de los
servicios. Poder contratar a un sastre, un abogado, un sirviente
doméstico, un dentista, un psicólogo, un tutor para los niños...
son hoy en día, según estudios publicados en EEUU, signos
inequívocos de pertenencia a una clase social acomodada. Pero
estudiar las consecuencias de este abaratamiento de las mercancías y
encarecimiento relativo de los servicios sería tema para un artículo
mucho más ambicioso y extenso que el actual.
Como ingeniero y formador en nuevas
tecnologías e ingeniería recomiendo a todo el mundo aprender a
programar en algún lenguaje (Java, Python... lo importante es saber
programar) aprender a manejar algún software ofimático y también
algo de redes y bases de datos. No es que con esto vayamos a ganar
más dinero, ya que el salario realmente depende más de otras
circunstancias sociales que de la formación del trabajador, pero
estas habilidades en unos años van a ser tan básicas como es hoy en
día saber leer y escribir, sumar y restar.
Kepa Ríos Alday
www.cartagena99.com
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