Escribo porque sé que es necesario escribir para existir. Después es cierto que viene bien generar contenidos auténticos, genuinos, humanos, que no los podría generar ninguna máquina, pero eso es un beneficio secundario. Se puede vivir sin estar bien posicionado en Google, se puede vivir sin aparecer en Internet; pero no se puede vivir sin escribir, al menos yo no puedo.
Recuerdo cuando joven que casi estaba a punto de morir y lo único que me salvó fue leer a Menassa, ese escritor fanático de la escritura, que pone a escribir a todos sus lectores. De él aprendí que algunas personas sólo existimos si escribimos.
Luego más tarde he aprendido que también es conveniente escribir cosas que puedan interesar a otros pero esto (al igual que el posicionamiento en Internet, la visibilidad) no es lo más importante. El que otros me lean o me digan que les sirve lo que yo escribo me puede animar en un momento dado, pero no puede ser el motivo de escribir.
Llevaba años sin escribir en este blog, me gustaría saber porqué.
Es cierto que tengo que tener en cuenta que lo que escriba aquí va a estar visible desde la web de la academia... pero ¿Qué puede tener que decir el director de una academia, de un centro de formación privado? Se supone que estoy aquí para trabajar, que lo que escriba tiene que servir para que lleguen más estudiantes a la academia... esa es una duda que tengo desde que empecé a trabajar como profesor en otras academias: Si el objetivo de cualquier trabajador es generar más clientes, más trabajo, más dinero, entonces si en la academia haces bien tu trabajo y los estudiantes aprueban y se van, vas a perder trabajo ¿verdad? Entonces ¿has hecho bien tu trabajo o no?
Si ayudas bien a los estudiantes te van a dejar de necesitar, van a ser autosuficientes y se van a apañar por su cuenta. Entonces ¿es mejor ayudarles mal? Esto no sería ético obviamente.
Creo que este aparente dilema también existe en otras profesiones como los médicos y los abogados: Si ayudan bien al cliente el cliente se irá y si le ayudan muy bien se irá para siempre, dejará de necesitarlos.
Creo que el error del razonamiento está en la asunción inicial que he hecho de que "el objetivo de cualquier trabajador es generar más clientes, más trabajo, más dinero" esta es una forma errónea de pensar. Un trabajador no tiene objetivos. El objetivo de los seres vivos es morir lo más tarde posible y trabajamos para vivir, porque trabajar es necesario para vivir.
Escribir o dar clase no son para ganar dinero ni para posicionarse en Internet. El para qué de las cosas se reduce a que no queremos realmente saber el para qué de las cosas. Cuando decimos que algo sirve para esto o aquello también podríamos preguntar para qué sirve "esto o aquello" y siempre llegamos a que las cosas sirven para vivir. Pero podríamos preguntarnos para qué sirve vivir.
Bueno, una respuesta encomiable que muchos grandes maestros recomiendan, es vivir para servir a otros humanos, para servir a la comunidad humana, a la patria, a la comunidad científica, a la comunidad vecinal donde vivimos, por ejemplo. Pero ¿para qué sirve la humanidad? ¿la humanidad le sirve para algo al resto del universo?
Entonces ya llego a un punto donde la razón no es suficiente para explicarlo todo. Vivir no es razonable, amar no es razonable, sin embargo vivimos; sin embargo amamos. Para qué sirve la humanidad, para qué sirvo yo no lo sé. Mis padres me trajeron al mundo y nunca me dijeron porqué. No era porque hicieran falta soldados para un a guerra, ni trabajadores para una fábrica... lo que pasa es que el amor es un sentimiento de la especie y por eso no se puede explicar el amor, porque los humamos sólo podemos explicar las cosas que dependen de nosotros, pero no podemos explicar las cosas de las que nosotros dependemos. Y entender ese limite creo que es muy sano porque se deja uno de hacer preguntas estériles y de dilapidar su energía vital con fantasías estériles. Es mejor centrarse en las cosas que se pueden hacer, en las cosas posibles... bueno, es mejor para la salud. Ya la salud no sé si es buena, pero yo, mísero ser humano, la prefiero a la enfermedad.
Como despedida diré que sí que creo que estas cosas que escribo sean útiles e interesantes para los lectores. Aunque no lo fueran igual seguiría escribiendo pero así ya tengo dos motivos: por salud y por generosidad. El posicionamiento, el éxito y el dinero puede que vengan o no, pero la muerte sí que vendrá seguro algún día, por eso tengo que escribir para existir.
Kepa Ríos Alday